PALABRAS DEL LIC. DANIEL TORIBIO, ADMINISTRADOR GENERAL DEL BANCO DE RESERVAS
Lo primero que tengo que decirles es que muy a su pesar, la distinguida Primera Dama de la República, la doctora Margarita Cedeño de Fernández, no pudo estar con ustedes en esta oportunidad, debido a que se encuentra desarrollando una amplia jornada de trabajo en el exterior, relacionada con las diferentes áreas del interés de ese Despacho, muchas de las cuales están directamente asociadas con el desarrollo integral de la niñez y de la juventud del país.
Ella es el espíritu vital que alienta estos concursos, los sigue con el máximo interés desde que se inician hasta que terminan, y ya en la fase final es la primera que valora y admira el gran talento de todos ustedes, niños y niñas participantes, sin olvidar el esfuerzo de sus abnegados y capacitados maestros de arte.
El gran educador argentino Domingo Faustino Sarmiento, dijo que la biografía del maestro son sus alumnos, y aquí están hoy todos ustedes para demostrar esa gran verdad. ¡Qué júbilo, qué inmensa alegría! sentimos todos por tenerlos con nosotros en este día especial, en esta premiación de un concurso que cumple este año 40 años de existencia, el más viejo en el tiempo, pero a su vez el más joven, por la edad de sus participantes.
La tenacidad de una profesora, Nidia Serra y la visión educativa de una Primera Dama, se han unido para conjuntamente con el Banco de Reservas, la Secretaría de Estado de Educación y la Secretaría de Estado de Cultura, darle una nueva dimensión a este concurso, y por tanto, un nuevo alcance e impacto a nivel nacional.
La importancia mayor de este concurso radica en que desarrolla la imaginación, la sensibilidad, el don de la observación, y sobre todo, la creatividad de nuestra niñez. No debemos olvidar que la palabra poesía, proviene de la palabra griega poiesis que significa creación; es decir, que la raíz de la palabra nos autoriza a decir que ustedes, niños y niñas participantes en el concurso son todos poetas, artistas y creativos, porque son diestros en una de las actividades artísticas más difíciles y admiradas en el mundo, en todos los tiempos, la pintura.
Otro valor a resaltar de este concurso es que se refiere a la Navidad Dominicana, a nuestros valores y costumbres, propiciando el afianzamiento de nuestra propia identidad, de nuestro propio ser. De esta manera se plasman en las obras realizadas por ustedes: escenas típicas navideñas de la capital y del interior del país, tales como ventas de charamicos, cerdos en puyas, los Reyes Magos y la Vieja Belén, entre otros, en vez de las consabidas nieves, trineos y Santa Claus que tradicionalmente nos abruman en esta época. Estas imágenes se reproducen cada año en las tarjetas navideñas que envían, tanto el Despacho de la Primera Dama como el Banco de Reservas a sus amigos y relacionados; y han sido también reproducidas en sellos postales, de tal manera que sus dibujos circulan ampliamente, no sólo en el ámbito nacional, sino en el internacional.
Como ustedes podrán observar, las obras permanecen y se difunden, y más allá del momento en que un artista pinta un cuadro, escribe un poema o una novela, o compone una pieza musical, su interpretación del mundo permanece viva siempre. Cervantes, Shakespeare, Beethoven, Picasso, son recordados hoy y serán recordados en el mañana, por las obras que produjeron.
Entre ustedes puede haber un gran artista, y de hecho niños y niñas que participaron en este concurso, hoy son valiosos exponentes de la plástica dominicana. Daré sólo dos ejemplos: Scherezade Vicioso y Raúl Recio.
Felicito a los más de 5 mil niños que participaron en esta versión del concurso, y a todos ellos les envío el mensaje que encierra este proverbio senegalés, y que nos recuerda que para ser verdaderos artistas tenemos que ahondar en la raíz de lo que somos. El proverbio es el siguiente: “Si en un lugar del camino, en tu avance, pierdes el rumbo y no sabes adonde vas, entonces date la vuelta y mira el lugar de donde vienes”, y así hallarás inspiración, fuerza y optimismo para seguir adelante, en tu propia realidad, en tu propio pueblo, en tu propio país y con tu propia gente.
Muchas gracias.